Cómo crear un jardín. Instrucciones de riego para un jardín.

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«Cómo crear un jardín» paso 8: Instrucciones de riego para un jardín.

El riego de tus plantas, hortalizas, verduras y todo aquello que plantes en tu huerto o jardín es importante, ya que según el riego que tengan, entre otros factores, así será el crecimiento y desarrollo de tus plantas, incluso dependerá de este riego la recolección de frutos.

Como crear un jardín. Instrucciones para el riego de jardín

 

En la serie de artículos “cómo crear tu jardín”, hasta el momento ya hemos visto:

  1. Elegir el lugar adecuado para comenzar un jardín
  2. La elección de tus cultivos y Planificación del Jardín 
  3. El Compost
  4. Preparando el suelo de nuestro jardín
  5. El control de las plagas en tu jardín
  6. Selección de las plantas más adecuadas para tu jardín.
  7. El mantillo para el jardín.

Las plantas con sistemas de raíces más compactas que permanecen cerca de la tierra, como el brócoli, el apio y la cebolla, requieren un riego más frecuente, mientras que las plantas con más y más sistemas de raíces muy extendidas, tales como espárragos, ruibarbo y tomates, prefieren ser regadas con menos frecuencia.

Para las plantas con raíces profundas, trata de mantener el terreno constantemente húmedo, pero no empapado.

En cuanto a las plantas más jóvenes, tendrás que tener especial cuidado. Todas las plantas necesitan humedad constante desde el momento en que sus semillas se plantan hasta que están más allá de la etapa de plántula, que para algunas plantas y climas puede significar más de un riego por día.

Si bien la falta de agua no es buena, el riego en exceso puede promover enfermedades y fomentar babosas o caracoles, incluso puede llegar a podrir las raíces, o compactar en exceso el suelo, hasta lavar los minerales, convirtiendo el suelo en perjudicial para los cultivos.

El riego demasiado frecuente promueve raíces poco profundas, por lo que las plantas serán menos resistentes a la sequía. Las plantas con raíces más profundas buscan el agua durante los períodos secos y son mucho más resistentes.

Una señal que puedes observar para determinar si tus plantas están recibiendo demasiada agua es que tengan las hojas amarillentas o caídas.

Hora del día para regar.

El mejor momento para regar es temprano por la mañana.

 

 

Regar por las mañanas es especialmente bueno en un clima cálido, ya que protege a las plantas que se sequen durante el sol del mediodía y las guarda de marchitamiento.

Si no puedes regarlas por la mañana, la siguiente mejor opción es por la tarde, de modo que las plantas con follaje se puedan secar antes del atardecer.

El follaje húmedo por la noche favorece las enfermedades fúngicas, un riesgo especialmente crítico en climas húmedos.

No riegues a mediodía, cuando el sol está en lo más alto y la temperatura alcanza su cota más alta. No solo vas a perder una cantidad excesiva de agua por la evaporación rápida, sino que además las plantas mojadas pueden dañarse sus hojas y frutos debido a que pueden quemarse por el calor.

Frecuencia de riego.

Riega profundamente y con menos frecuencia, en lugar de regar poco y más a menudo.

Una sugerencia es regar un jardín ya establecido de seis a diez días, a una profundidad de 15 a 30 centímetros, siempre y cuando haya ausencias de lluvias adecuadas.

La mejor manera de determinar si se necesita agua tu jardín es:

Utiliza una pala o azada y cava en el suelo. Si el suelo está seco a una profundidad de 15 a 30 centímetros, es hora de regar.

Si tus plantas están caídas, es un signo evidente de que tienes que regar.

Si tus plantas se marchitan, es que has esperado demasiado tiempo para regar. Si siguen estando caídas después de un riego en abundancia y profundo, es que la humedad no es el problema y que quizá tengas que efectuar un tratamiento contra algún tipo de plaga.

Si quieres ser aún más exacto, usa un medidor de humedad, esto te permitirá saber si el suelo está seco, húmedo o apenas mojado. El medidor debe indicar la humedad y la profundidad, que será como mínimo de 15 centímetros.

Riego por Etapas de Crecimiento.

Las plantas necesitan agua para la fotosíntesis y la respiración, así como para la absorción de nutrientes. Para las verduras, el riego es más crítico en algunas etapas del desarrollo de la planta que en otros.

Tanto las semillas como las plantas necesitan un riego diligente. Los suelos recién sembrados deben estar húmedos pero no empapados.

Los trasplantes se deben regar a conciencia y en profundidad después de la siembra, especialmente es importante que sea así durante la época seca o calurosa. Las plantas pueden sufrir un shock debido al daño a las raíces al trasplantar: un buen riego ayuda a adaptarse.

Muchas verduras necesitan atención especial para el riego durante dos períodos:

  1. Cuando están en flor.
  2. Cuando están en la época del fruto.

Un momento crítico para regar las legumbres, es cuando las plantas están en flor.

Un momento crítico para el riego de tomates y calabazas es cuando el fruto se está desarrollando.

Cuando los guisantes y las habas están formando sus vainas y las mazorcas de maíz dulce se están llenando, necesitan la atención especial sobre un riego cuidadoso y con atención.

Las verduras de hoja verde y sus raíces necesitan riego constante durante todo su crecimiento.

Las verduras que producen frutos comestibles, vainas y semillas que no deben recibir mucha agua antes de que florezcan. Esto se traduce en un montón de hojas y brotes, pero un menor número de flores y, en consecuencia, un menor número de brutos y un bajo rendimiento.

La conservación de la humedad.

Conservar el agua no sólo es bueno para ahorrar dinero, también es bueno para el medio ambiente y ahorra tiempo y trabajo dedicado al riego.

Una forma de conservar la humedad es mediante el uso de un buen mantillo.

Una capa de compost, estiércol bien descompuesto, hojas trituradas, recortes de césped o de tela mantillo permeable al agua, evitará la pérdida de esta.

Si los vientos fuertes son un problema para la resecación del suelo y tus plantas, un cortavientos puede ser una buena idea.

Los vientos secos pueden causar la pérdida de la humedad tanto en los tallos de tus plantas como en las hojas y en el suelo. Una escarda frecuente también puede reducir la competencia por el agua.

¿Cuánta agua hay que aplicar?

Los suelos arenosos y ligeros necesitan ser regados con más frecuencia que los suelos pesados, pero hay que aplicar menos agua en cada riego.

Los suelos más pesados a base de arcilla se pueden regar con menos frecuencia, pero necesitan aplicaciones más pesadas de agua porque tienen más agua dentro de su estructura.

Un suelo arcilloso en el que las plantas se marchitan podría necesitar 81 litros por metro cuadrado y un suelo arenoso en el cual las plantas se marchitan podría necesitar 60 litros por metro cuadrado.

Como regla general, un máximo de 24 litros por metro cuadrado cada siete a diez días serán suficientes para mantener el crecimiento de las plantas.

Evidentemente el riego de las plantas y cultivos, pese a tener reglas generales, va en función de los gustos de quien realiza la labor. En cualquier caso, el comprender los principios de un riego eficaz puede poner fin a la conjetura de cuándo y cuánta agua debemos utilizar para el riego, lo que aumentara el rendimiento y el ahorro de nuestro tiempo, dinero y el beneficio para el medio ambiente en este proceso.

Como ves, el agua es importante en tu jardín, el riego que puedas darle a tus plantas y hortalizas es importante para su desarrollo, así como la manera de regar también lo es.

Sin embargo, economizar el agua también es fundamental, mediante no regar aquellas hierbas o malezas que no sólo no necesitamos en nuestro jardín, sino que además son protagonistas de restar vitalidad a nuestros cultivos.

En la siguiente sección te muestro cómo y de que formas limpiar las hierbas y malezas de tu jardín.

 

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