Cómo plantar y cultivar Aloe

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El cultivo casero del Aloe puede ser algo sencillo y te puedes beneficiar de todas sus bondades.

Originaria de África y las regiones circundantes, hay cerca de 400 especies del género Aloe.

De ellos, alrededor de cinco se encuentran comúnmente en el cultivo.

El más famoso es el Aloe vera, que se ha utilizado con fines medicinales desde hace siglos.

Todas las plantas de Aloe son suculentas, formando bajas rosetas de hojas carnosas en forma de lanza o, en el caso de Aloe vera arborescens, creciendo en una planta más alta, con un tallo desnudo cubierto con hojas de 25 centímetros.

Muchos tipos de Aloe tienen espinas relativamente inofensivas en sus hojas, pero aún así vale la pena teniendo cuidado.

Además de Aloe vera, hay variedades atractivas que incluyen Aloe aristata (Encaje Aloe) y Aloe variegata (Tiger Aloe).

Condiciones de cultivo del aloe:

Luz:

Necesita un tipo de luz fuerte y brillante.

Pueden soportar el sol del verano completo, una vez aclimatadas.

En el invierno, necesitan la luz intensa y brillante.

Agua:

Necesitan un riego con agua generosa en el verano y casi se pueden dejar de regar en la época de invierno.

No dejes reposar el agua en las rosetas.

Temperatura:

Prefiere las temperaturas más cálidas de 21 Grados a 26 Grados, pero puede sobrevivir a temperaturas en torno a los 5 Grados.

Suelo:

Una mezcla de tierra con buen drenaje es esencial para el cultivo de la Aloe vera.

Puedes utilizar un cactus o suculenta para realizar la mezcla.

Abono:

Utiliza un fertilizante especial para este tipo de planta y suspende su alimentación en invierno ya que la planta está inactiva en esta temporada del año.

Propagación:

Durante el trasplante de una planta más grande, es posible dividir con cuidado el cepellón.

Algunos tipos de Aloe pueden ir encapsulados en forma independiente.

Trasplante:

El Aloe no es una planta particularmente rápida en el creciendo y sólo en raras ocasiones es necesario trasplantar.

Haz esta labor de trasplante del Aloe en la primavera.

Consejos para el cultivo del Aloe:

El aloe es una planta muy indulgente, y una planta con un crecimiento adecuado puede resultar de gran beneficio para tu jardín por su belleza y hermosura.

Al igual que suele pasar con todas las suculentas, es esencial que el Aloe no se le permita sentarse en agua estancada, y la planta debe ser vigilada cuidadosamente para ver si hay signos de exceso de agua.

Mucha gente guarda un bote de Aloe vera en casa para utilizar el jugo de las hojas carnosas en quemaduras e irritaciones menores de la piel.

El cultivo del Aloe en tu jardín te trae beneficios no sólo a nivel estético para la decoración de tu jardín sino que además te ofrece la posibilidad de poder disfrutar de sus beneficios curativos.

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